Los errores más comunes a la hora de usar fotoprotectores.
Utilizar el mismo protector para el cuerpo y rostro:
Lo importante es entender que la piel del rostro está expuesta al sol todo el año, de ahí que esté mucho más castigada por la radiación solar que las zonas del cuerpo que están menos expuestas al sol por la ropa, los primeros días las debemos dar un cuidado extremo, ya que al recibir los primeros rayos solares se quemarán con el consiguiente pelado y… ¡vuelta empezar!
Cambiar el factor solar a medida que nos bronceamos:
La melanina, que es la que nos aporta el color en la piel, es el mejor protector natural frente a la radiaciones solares, pues una piel bronceada tiene menos riesgos de quemarse que una piel blanca, pero al final lo importante es evitar que el sol sea dañino para la piel, aunque ya la tengamos bronceada nunca utilizaremos un factor por debajo del 30.
Aprovechar la crema de un verano para otro:
La caducidad del producto se refleja en el envase, si no lo hemos abierto es la que figura, si la hemos abierto buscaremos en el envase un tarro con la tapa abierta, el número que hay en el tarro es la fecha de caducidad una vez abierto los fotoprotectores. Normalmente caducan a los nueve meses de estar abiertos.
Utilizar un factor más bajo los días nublados:
A través de las nubes se filtran hasta el 80% de los rayos solares, más del 80 % de la radiación ultravioleta traspasan las nubes, por lo que es necesario utilizar protector para protegerse de esta radiación, ya que penetra más profundamente en la piel, causando el fotoenvejecimiento.
“Racanear” producto para que el protector nos dure todo el verano:
Es necesario ser generosos con el protector solar, usar protectores altos y reaplicar la crema cada dos horas.
Prescindir del Aftersun si no hay quemaduras:
La fotoprotección se debe acompañar de una reparación tras la exposición solar, además de una hidratación intensa y diaria. El aloe vera y la rosa Mosqueta son los grandes aliados para reparar la piel después de la playa, la piscina y durante todo el verano mañana y noche, en esta época se debe intensificar la hidratación.
Recuerda: más vale prevenir que curar y que de cada 10 arrugas 9 son producidas por el sol y 1 por la edad.